jueves, 19 de agosto de 2010

Angra: Fireworks



El tercer álbum de estudio de Angra (y último junto al vocalista André Matos) tiene como nombre "Fireworks" y es el más cuestionado de todos por numerosas razones. Primero debe hablarse del cambio radical que sufre la banda, en el que desapareció casi por completo aquel Power Metal visto en sus obras anteriores y predominó el clásico Heavy Metal. La calidad del sonido es diferente a la mostrada en el pasado, a pesar de haber sido grabado en el mismíso "Abbey Road". Los arreglos sinfónicos, que antes sólo se escuchaban eventualmente, resultaron ser casi los protagonistas del disco.

Es tan radical el cambio en su música que casi desaparecen las líneas de doble bombo, con excepción de algunas canciones como "Metal icarus" escrita por Kiko y Rafael. Con detalles como estos se hacen claras las diferencias que sus integrantes compartían, en donde Matos tomó la batuta en, por lo menos, 7 de de las 11 canciones que posee el disco. Los cuestionamientos acerca de diferentes elementos de la vida son los protagonistas de las historias de este álbum, bastante rico en descripciones y en hacer volar la imaginación.

Comenzando (tal vez con el pie izquierdo), "Fireworks" no posee una canción introductoria a diferencia de sus antecesores "Angels Cry" y "Holy Land", resultando ser el único, obviando "Aurora Consurgens" en 2009, sin ésta tradición. De igual manera, Angra nos trae un disco atractivo e interesante que marcó historia en su trayectoria. El principal "problema" o diferencia al antiguo Angra son los numerosos cambios que existen en cada canción, resultando ser pistas semejantes al modelo de "Bohemian Rhapsody" de Queen (a mi parecer, la mejor canción en toda la historia del rock), pero provocando que por tantos cambios de tiempo y altibajos en una misma canción no resultaran tan pegajosas o llamativas como sus anteriores trabajos.

Cuando se juntan todas esas características y por ser un "álbum de estudio" con numerosos agregados y colaboraciones externas, la interpretación de los temas en vivo resultaba definitivamente un problema, quedando asi muy pocas canciones para la posteridad: "Wings of reality", "Lisbon" y "Metal Icarus".

La primera canción: "Wings of reality" cuenta con todos los elementos antes nombrados, y resulta ser una excelente canción luego de valorarla adecuadamente, incluyendo también su toque regional. "Petrified eyes" parece iniciar con una improvisación de guitarra en una base de jazz/bossa nova, y posee varios cambios de tiempo y con bastantes armonías a manos de las guitarras de Loureiro y Bittencourt, pero definitivamente no con el mismo estilo de antes. El tema va de la mano con guerra, las batallas, y sus consecuencias.

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"Lisbon" es tal vez la canción que describe mejor al álbum y la más conocida del mismo, pues salió un poco antes al público como "single" y adelanto del disco y puede ser descrita como un Heavy Metal Sinfónico. Personalmente. No considero que sea la mejor, ni la más llamativa. Tal vez ese puesto se lo lleva la siguiente: "Metal Icarus".

Semejante a un sonido de abejas empieza esta cuarta pista, con riffs bien trabajados y un poco más de velocidad de lo que se venía escuchando hasta ahora. Finalmente el doble bombo vuelve a aparecer y la versatilidad y registro de voz de André se hace presente narrando la historia del mítico Ícaro, hijo de Dédalo, y el momento de su muerte en el momento en que sus alas se quemaron por volar tan alto.

De inmediato nos trasladamos, de nuevo, a una melodía más pesada con "Paradise", aunque las descripciones del lugar del que habla la canción sea todo lo contrario a un paraíso. En la introducción escuchamos algo más familiar y parecido a "Angels Cry", y en algún momento el rock experimental (parecido al de Dream Theater) parece invadir nuestro oído. Su tema es acerca del eterno cuestionamiento del mal en el hombre del daño hacia los demás, en este caso con el ejemplo de las luchas a las que eran sometidos los gladiadores, pero que puede ser entendido en diferentes contextos. "Soñamos con el paraíso, mientras permanecemos en el infierno!" (We're dreaming of Paradise, while we stay here in hell!)

El Metal Experimental sigue presente en la canción "Mistery machine", que resulta una de las más llamativas, pues se acerca más a la esencia verdadera del grupo. Su letra mantiene un poco el tema mítico, dejando diferentes interpretaciones del momento en que nos son revelados los misterios de la vida.

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Y llegamos al tema protagonista del disco: "Fireworks". Una canción suave con una admirable letra de amor, que con metáforas explica como año tras año, nuestros sueños vuelan lejos junto a los fuegos artificiales el día de año nuevo. Un fantástico solo de guitarra por parte de Kiko protagoniza gran parte de la canción de una manera prodigiosa. Aunque diferente a cualquier otra canción de Angra, se lleva mis más grandes aplausos por lograr ensamblar y encajar, de nuevo, una historia y una melodía de manera perfecta.

Inmediatamente, notamos un cambio radical que nos parece despertar de un sueño, para trasladarnos a otro más "extremo" con "Extreme dream" escuchando la etapa Heavy Metal de la banda en todo su esplendor, con algunos toques experimentales que la convierten en una muy buena canción.

Aun cuando la banda se encontraba en esta etapa llena de nuevas experiencias, no dejaron atrás la típica melodía con marcadas influencias brasileras, que en este caso se encuentra en "Gentle change". Ambientada con tambores, si se escucha mientras se presta atención, (o se leen) las líricas nos ubican inmediatamente en una cómoda sala de estar desde donde se ve la lluvia caer al exterior. El piano de Matos le da un toque excepcional junto a los ya esperados arreglos de violines, a pesar de que el verdadero genio detrás de esta hermosa pieza es el integrante fundador: Rafael Bittencourt.

Finalmente llegamos a lo que es en realidad la última canción: "Speed", y la primera de este disco que tuve oportunidad de escuchar, hace ya algunos años. El nombre le va de perlas, ya que efectivamente es la canción más rápida de todas y en donde escucharemos el tono más agudo de André.

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"Rainy nights" es una "balada" añadida como "Bonus Track" en Japón, y de la que luego sacarían un single, resaltando éste como, definitivamente, el último lanzamiento de la banda con aquella formación. Resulta una canción totalmente diferente, sobretodo por su batería extrañamente monótona de principio a fin, sus guitarras como mero fondo, pero manteniendo las conocidas sinfonías sobre la mesa. Tal vez, esta melodía pudiese transmitir el "sabor" de lo que podría haberse convertido la agrupación si hubiese seguido con esos integrantes en medio de tantos cambios.

Este disco es verdaderamente la clave y el momento en donde André Matos consiguió definir su propio estilo y el género que desarrollaría más adelante, (considerado por algunos como "Neo Clásico") luego de mezclar y fusionar muchas ideas.

Curiosamente, Matos "rompió su palabra" al cantar su última canción con Angra:

"I promise I won't let you go"

Afortunadamente, Kiko Loureiro y Rafael Bittencourt sí se mantendrían firmes a esta promesa del Angra que nació en 1993.


Tracklist:

1. Wings of reality
2. Petrified eyes
3. Lisbon
4. Metal icarus
5. Paradise
6. Mystery machie
7. Fireworks
8. Extreme dream
9. Gentle change
10. Speed
11. Rainy nights (Bonus track)

Voz, teclados: André Matos
Guitarra: Kiko Loureiro
Guitarra: Rafael Bittencourt
Bajo: Luis Mariutti
Batería: Ricardo Confessori

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