jueves, 19 de agosto de 2010

Angra: Holy Land


Considerado para muchos el mejor trabajo de Angra, "Holy land" (tal vez el más difícil de cantar para Edu Falaschi por sus tonos agudos) es un álbum conceptual que busca ubicarnos entre los siglos XV y XVI, cuando se realizó el "descubrimiento" de lo que es hoy nuestra tierra: América. Dentro del contexto de las conquistas, batallas, viajes, y elementos como el océano, el honor y la esperanza, este disco muestra de una manera todavía más clara el increíble potencial de composición de los integrantes, en especial de Matos, Loureiro y Bittencourt. Fue lanzado en 1996 luego de su demo anterior: Eyes of Christ.

La introducción del disco es "Crossing", escrita por G.P. de Palestrina (1525-1594)* y tal vez la más aclamada de sus aperturas por contar con un juego vocal de tenores, sopranos, contraaltos y bajos con un aire, tal vez, melancólico, pero es mejor dejarlo al criterio e imaginación de cada quien. "Nothing to say" (la primera canción que escuché de la banda, y por la que me hice fan) reúne la más pura esencia de Angra con sus elementos brasileros, su introducción, el coro, los solos de guitarra de Kiko y Rafael, y el puente son simplemente únicos. La letra narra el regreso penoso de los conquistadores a sus tierras, con "nada que decir" acerca de lo visto y vivido durante la conquista.

"Silence and distance" es una pieza que resultará del agrado de cualquier oído: desde el más arisco y exquisito, hasta el más experimentado y adentrado en la música, pues cuenta con arreglos impecables, cambios de tiempos interesantes y una muestra de habilidades excepcionales. Narra y explica cómo cambió la vida de un navegante después del viaje, sus impulsos y deseos internos de volver hacia el mar, y la lucha de temer que compartir el "silencio y la distancia" con un amor del pasado para atender ahora, su amor hacia el mar.

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"Carolina IV", el grito de guerra y el cuarto bate del grupo en la era de André Matos, es tal vez la canción que marcó la diferencia de que Angra no era "otra" banda más de metal melódico. Contando con dos partes totalmente diferentes, Carolina IV es probablemente, junto a "Holy land", la canción con influencias más destacadas de Brasil. Con una introducción de tambores, percusiones, redobles, y frases en portugués en el fondo, logran transladarse al más puro Power metal, en donde todos los instrumentos cuentan con gloriosos segundos de protagonismo. Conceptualmente, habla del alegre regreso del navegante hacia el mar, y el nuevo cambio en su estilo de vida. De manera increíble, dentro de los diez minutos que dura la canción y con un poco de imaginación, logra ubicarnos en todos los altos y bajos que experimenta el nauta en el océano hacia su inevitable, pero alegre destino, de morir en el mar.

La canción que lleva por nombre el título del álbum "Holy land" es interesantemente agradable y muy bien trabajada en todos los sentidos, en donde una vez más demuestran que las guitarras pueden no ser las protagonistas de una canción y de igual manera resultar una pieza excelente. Sus arreglos en la variada percusión perfectamente trabajada la convierten, a mucha honra, en la protagonista del disco. Habla del encuentro de los europeos con nuestra tierra América, y de la alegría de un nuevo comienzo para ambos. Canciones como esta son base clave y provee argumentos suficientes para que muchas personas prefieran al Angra con André Matos que el Angra con Edu Falaschi, pero de eso ya se hablará en otra oportunidad.

"The shaman" sigue de una manera muy bien ambientada la línea que se escucha en todo el disco. Habla del encuentro con un "Shaman" o brujo de nuestras tierras vírgenes, y de sus habilidades "mágicas" que resultan sorprendentes para los conquistadores. Se deduce que esta canción sería especial para Matos, pues luego de su retiro de Angra tres años más tarde, nombraría a su nueva banda: Shaman.

"Make believe" muestra un lado más comercial e íntimo de la banda, alejándose un poco de su estilo principal pero mostrando de igual manera el talento del grupo, siendo el primer "single" hacia los medios, resultando así bastante especial para los fans, y para los mismos integrantes (como lo haría saber Edu Falaschi en 2001 en un concierto en Sao Paulo). Habla de las reflexiones y pensamientos de un hombre en la cumbre de su vida, su soledad, tristeza, últimos deseos y confesiones para un amor ausente.

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"Z.I.T.O." (Zur Incógnita Terra Oceanus)* es una de las canciones más agresivas y recordadas de aquella era, por sus guitarras rápidas y arreglos sinfónicos, dejando una muestra bastante adecuada de cómo sería el Angra de 2001 sin Matos a la cabeza. Es tal vez la canción con los solos más rápidos y en donde se evidencia la irrefutable compatibilidad de Kiko y Rafael como guitarristas y su trabajo en equipo. Relata la confusión, cuestionamientos y lucha contra sí mismo de algún conquistador y la falta de un sentido de orientación en su vida.

André recupera el protagonismo en "Deep blue" en una balada donde un órgano calma la adrenalina de Z.I.T.O. e inicia la conclusión del álbum. La letra parece ubicarte en las últimas palabras de un hombre que busca su paz interior, y se pregunta si todo será siendo igual o algún día las cosas cambiarán. Un coro de cantos gregorianos completa el ambiente dándole un toque diferente.*

"..En espera de que algún día el océano y el cielo cubran la tierra en un azul profundo.." Frases que llaman la atención de la canción y el disco en general, demostrando así que no sólo son "letras" sino líricas y poesía representadas musicalmente. En la última canción "Lullaby for lucifer" escuchamos lo que parece un triste poema cantado a la orilla de una playa como despedida a la vida.

Podríamos aventurarnos a decir que existen dos finales para el álbum: el de Matos (Deep Blue) y el de Loureiro y Bittencourt (Lullaby for lucifer), pues a pesar de que la segunda es mucho más corta y sencilla se pueden distinguir las diferencias de composición entre los integrantes, que llevarían más adelante a la disolución (no permanente) de Angra.

*Referencias a Wikipedia

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Tracklist:

1. (Intro) Crossing
2. Nothing To Say
3. Silence And Distance
4. Carolina IV
5. Holy Land
6. The Shaman
7. Make Believe
8. Z.I.T.O.
9. Deep Blue
10. Lullaby For Lucifer

Voz, teclados: André Matos
Guitarra: Kiko Loureiro
Guitarra: Rafael Bittencourt
Bajo: Luis Mariutti
Batería: Ricardo Confessori

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